Es un homenaje a la mujer que en los pueblos ha sido tan importante, trabajando en casa y en el campo. Un homenaje a estas mujeres del pasado y también las del presente, una mujer joven, pero con actitud frente a la vida, siempre mirando hacia adelante. Y todo ello, con el vestido de serrana y los accesorios de esos trajes que representan el valor intrínseco de estos objetos: la tradición y el arraigo a la tierra.